dilluns, 18 d’octubre del 2010

Zombie.

Ordenadores en la bañera,
jarros en el pasillo,
cuadros en el armario,
y yo con unas tremendas ojeras
¿contemplas mi desequilibrio?

Mientras el mañana cada día está mas lejos,
el pasado cada día parece más nítido e intenso,
cuanto más lejos más real,
cuanto más cerca más ausente quedas.

No le busques el sentido,
me quedé en el pasado,
porque es ahí dónde están los momentos a tu lado,
los del presente vienen vacíos.

Mis bolsillos son llenos,
de recuerdos que pesan,
de palabras no dichas,
de echos no meditados,
de lo que prometí y no hice,
de lo que pensé y debería haber pensado.
Y de toda las consecuencias que ello ha conllevado.

Si tal vez mi salvación dependía de la razón,
hace tiempo que ya no puede haber tregua,
pues esta de un portazo marchó,
y así pues tan solo me guío por el corazón,
así que no te extrañe que no esté cuerda.

Soy una zombie de tu amor,
mantengo mi cerebro en un frasco con formol,
y en su lugar, lo remplace por cava,
no tan letal como visualizar tu perdida.

Y en las tinieblas de la oscuridad vivo encerrada,
en ellas he borrado el paso de tu ida para tan solo mantener viva tu llegada.
El pasado no se va, mientras en el aguarde tu estancia.